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ENIGMA † MCMXC a. D.
Autor: Alonso Gutiérrez. Badajoz —España—. EnigmaMusica.com

En análisis de ENIGMA † MCMXC a. D., como de cualquiera de los albums de este proyecto, no resulta en ningún momento nada fácil, ni aún habiendo pasado ya más de 15 años de su lanzamiento y haber estado acompañándonos durante este largo periodo de nuestras vidas. No es fácil no sólo por lo que supone analizar la creación de ENIGMA, si no más bien por la imposible empresa que supone «describir» o esbozar la música con palabras. Es nuestra intención dar unas pinceladas de éste trabajo a aquellos que no lo han escuchado o no lo han podido saborear completo, para si les vale, puedan hacerse una ínfima idea de lo que pueden encontrar. Los que ya lo conocemos y leamos estas líneas, estaremos de acuerdo en que no he podido llegar ni a 0,01 % de los matices sensitivos de esta obra de arte.
La música no es descriptible, tal vez analizable, esto último hemos intentado, pero si lo hemos conseguido en cierta medida, no ha sido nuestra intención. Nuestras cualidades para estas labores dejan mucho que desear. Por eso debéis de ser vosotros los protagonistas de esta sección.
Otro de los objetivos, además del señalado arriba, era rellenar el espacio de este rincón ya que nadie se animaba. Nos hemos permitido escribir sobre ENIGMA † MCMXC a. D. como obra cumbre del proyecto desde nuestro punto de vista.
Señalemos además, que como ocurre con todos los análisis de trabajos discográficos —cargados de altas dosis de subjetividad—, un excesivo parecido entre el contenido del álbum y la realidad aquí reflejada, no deja de ser mera coincidencia.

I. The Voice of Enigma.
Clásica introducción de los discos de ENIGMA, un clásico efecto sonoro que acompaña a la voz de Louisa Stanley a la vez que se identifica como «La Voz de ENIGMA». El tema invita a la relajación, previamente te ha evocado un ambiente oscuro y nocturno. Nos preparamos para vivir una de las mejores experiencias musicales que un ser humano ha podido vivir en su vida. Buenas noches…

II. Principles of Lust.
a: Sadeness (part I).
Acto seguido, como la vida misma, sin pausas al igual que el resto del CD y discografía de ENIGMA, comienza a sonar el que sería primer single de ENIGMA. En él se combina cantos gregorianos con ritmos actuales y letras en francés cargadas de sensualidad. Aparecen por primera vez varios de los elementos más característicos y constantes en toda su discografía: las enigmáticas y envolventes atmósferas, voces sensuales femeninas y la flauta de bambú «Shakuhachi». La guitarra en una muy baja tonalidad enriquece armónicamente a estos componentes.
Aquí nace el mito, aquí nace el factor que logró que a muchos de nosotros nos gustase la música. Ve la luz también la, permitidme el término, «atemporalidad» que ha hecho de esta música algo tan especial.
La «atemporalidad» musical de ENIGMA, factor suprimido completamente en ENIGMA 5, es uno de los mayores atractivos de este proyecto. Cuando escuchas ENIGMA no sabes si estás en plena actualidad, en la Edad Media —como en este álbum— o en el ocaso de los tiempos. Aún recuerdo esa mañana en un castillo medieval, justo entrando en su iglesia derruida, cuando sonó en mi walkman. Luego el vídeo. ¿Coincidencia?
La temática erótico-religiosa trasciende aludiendo al Marqués de Sade —de ahí Sadeness—, figura histórica polémica relacionada con ese aspecto en vida y que trasmutado hasta mito y símbolo en la actualidad. El tema no podía ser menos, también levantó sarpullidos entre las comunidades religiosas más fanáticas.
«Sadeness part. I» logró vender más de 5 millones de copias a nivel mundial.

b: Find Love.
Este corte es conocido por todos por el título de la sección de álbum a la que pertence: «Principles of Lust». Sonidos oscuros, enigmáticos, la voz sensual de Sandra hace aparición entre gemidos femeninos y música celestial. De fondo, los cantos gregorianos invaden cada nota musical desde lo que parece unas catacumbas milenarias. La oscuridad se hace más siniestra con el eco de éstos. Aparece el piano por primera vez en ENIGMA, el ritmo en crescendo. Suenan los latidos de un corazón en una pausa concertada para comprobar que nuestro ritmo cardiaco es similar, o casi. Lujuria, sensualidad, religión, tenebrismo. Máximo, o más bien único, ejemplo del romanticismo musical.

c: Sadeness (Reprise).
Repetición del Sadeness, pero invertido, los cantos gregorianos se viran de inicio. Un recordatorio breve de aquella sensación rítmica que nos dejó la miel en los labios hacia unos minutos. Se hizo tan corta…

III. Callas Went Away.
Vuelve la calma, sonidos ambientales que evocan nocturnidad. Grillos, el agua de un arrollo golpeando entre las rocas, voces lejanas entonando cánticos femeninos, pasos de caballos tirando de algún carruaje, engendran una sensación de sosiego indescriptible. Las palabras para describir la música son tan inútiles…
Vuelve a sonar el piano acompañado de un suave ritmo y los cánticos lejanos parecen más cerca. Una pausa, suena un violín a nuestra izquierda, los caballos se alejan por la derecha. Una voz femenina nos dice algo, no, son dos en una… la voz de María Callas apaga la base musical, obviamente, la respeta. Contínua el ritmo, el piano, vuelve Callas, se vuelve a rendir ésta ante la prodigiosidad. Sólo los carruajes lejanos y los grillos, el agua del arroyo…

IV. Mea Culpa.
Noche oscura, llueve, la tormenta se aleja en el horizonte. Una procesión de frailes entonando el «Kyrie eleisson» («Señor ten piedad», términos aprehendidos del griego por el canto religioso cristiano) y precedidos de un tambor, abren uno de los tracks más famosos y polémicos de ENIGMA. La oscuridad y el tenebrismo, cargado todo ello de una misteriosa sensualidad, se reflejan en cada segundo del track. La guitarra eléctrica otorga aún más fuerza a un ritmo ligeramente vertiginoso. Un placer para los sentidos.
Latín y Francés para ilustrar esta obra de arte. Sobran las palabras.

V. The Voice & The Snake.
La lluvia y tambores de «Mea Culpa» nos llevan a lo que para muchos es el corte más oscuro. El ambiente, perfectamente recreado para una película de terror —de las buenas— es realzado por dos voces a izquierda (femenina) y derecha (masculina). Parece que nos hemos adentrado en las profundidades del abismo, mientras, recitan parte del pasaje de las siete plagas del Apocalipsis de San Juan (Ver sección Letras).

VI. Knocking on Forbidden Doors.
Nos introducimos en la atmósfera de un tema que nos acerca un poco a la luz. La llamada a las puertas prohibidas es literal. La música nos empuja a un estado de letargo, nos confunde el continuo cambio de notas de izquierda a derecha. Todo se carga de melodías ensoñadoras y místicas hasta que los golpes en los portones rearma el ritmo. Los cantos gregorianos parecen surgir desde una dependencia inhóspita, alejada y húmeda.

VII. Back to the Rivers of Belief.
a: Way to Eternity.
La sensación frío-cálida que produce esta música (frío por los rincones a los que nuestra mente puede viajar, pero cálida por la belleza extrema y a paz interior que produce) se manifiesta en este corte a la perfección. Sonidos que evocan gotas de agua cayendo en espaciosas dependencias de piedra y la melodía de «Encuentros en la tercera fase» junto a lo que parece siempre nos ha recirdado un palio golpeando en el suelo del templo y su eco retumbando en las bóvedas de éste. Aparecen los cantos religiosos, tornándose a femeninas el predominio de voces masculinas del inicio. La belleza y misticismo del tema no deja lugar a la duda: conduce a la búsqueda de la eternidad. Vale la pena vivir eternamente para disfrutar de él.

b: Hallelujah.
Se activa el rítmo más rápido, lo acompañan sonidos que aunque nunca los hayamos escuchado, parece que siempre han estado en nuestras iglesias medievales. Una voz femenina susurrando en inglés precede al cántico del Hallelujah judío (del que bebe el canto religioso gregoriano como previo a éste). Uno de los segundos más enigmáticos del álbum, sin duda.

c: The Rivers of Belief.
Tras éstos, la voz de Michael Cretu suena por primera vez en ENIGMA, último de los singles que dio a luz este disco en el que se combina la flauta «Shakuhachi» que ya escuchamos en Sadeness, con los múltiples elementos que han hecho de éste un proyecto singular. Ejemplo vivo de la exquisitez melódica que se puede conseguir con un simulador de instrumento de viento milenario, sonidos extremadamente oscuros entre un ritmo adecuado para ello, y una voz humana. No hay samples de cantos religiosos, ENIGMA dejaba ver que no hay cara ni estilo definido para enmarcar este proyecto.

Edición Limitada + :

VIII. Sadeness (Meditation).
La edición limitada de este álbum contiene cuatro versiones adicionales de los temas incluidos en el CD que llegaron a ser singles. «Sadeness (Meditation)» es una variante apta para la meditación como bien dice su título, similar a la original pero con un ritmo más pausado y evocador de atmósferas relajadas. La fuerza del primero ha sido relegada a favor de la paz espiritual de esta versión, apta para la divagación mental y calma de la actividad cerebral. Mismos elementos, distinta sensación.

IX. Mea Culpa (Fading Shades).
«Mea Culpa (Fading Shades)» retoma la letra de la versión primera, sin embargo han sido sustituidos los cantos gregorianos por unos segundos del Hallelujah y es mayor la presencia de la flauta en este corte. Esta versión es la que se tomó para el vídeo del single.

X. Principles of Lust (Everlasting Lust).
Versión extendida en lo que a sensualidad se refiere. Los jadeos sensuales y connotaciones erótico-sexuales se acentúan e interfieren entre los elementos de la primera versión. No concebimos este álbum sin esta ni ninguna de las versiones extras de la edición limitada. Imprescindible para entender el concepto «ENIGMA».

XI. The Rivers of Belief (The Returning Silence).
Si ya era belleza convertida en música el corte de cierre del disco, el inicio de una versión casi idéntica a la ya comentada, lo eleva a la máxima potencia. Su apertura: la tocata y fuga en Do menor de Juan Sebastián Bach; para inmediatamente adentrarnos en un paisaje bucólico de arroyos, cantos de grillos y oscuras melodías. Las sencillas notas del piano de Michael Cretu no dejan indiferente a nadie. No se puede representar mejor los sentimientos interiores con tan poco.
Como nota curiosa, nos gustaría señalar que, evidentemente, la evocación a la nocturnidad en el disco es más que notoria, casi siempre te lleva a ella. Sin embargo, según nuestra propia experiencia, una tarde soleada entre caminos repletos de vegetación y ruinas milenarias no chocan con la estética musical de éste.